¿Cuáles son los beneficios del refinanciamiento de tu préstamo hipotecario?
8 de ago del 2025
•lectura de 5 minutos

Las hipotecas no están diseñadas para durar para siempre. Aunque puedes conservar tu préstamo original hasta el final, es frecuente que los propietarios de vivienda decidan refinanciar su hipoteca en algún momento. El refinanciamiento te permite ajustar los términos del préstamo y puede ser útil cuando tus objetivos financieros cambian. Puedes cambiar tu tipo de préstamo, la tasa hipotecaria, el plazo del préstamo o pedir prestado contra tu capital acumulado.
Estos son 5 beneficios de refinanciar tu hipoteca.
1. Podrías terminar de pagar tu préstamo más rápido
Puedes refinanciar tu hipoteca a un plazo más corto. Si tienes un préstamo a 30 años y, después de 10 años decides que quieres pagarlo más rápido, puedes refinanciarlo a un préstamo a 15 años y ser propietario absoluto de tu vivienda 5 años antes. Cuanto antes dejes de preocuparte por el pago mensual de la hipoteca, antes podrás usar ese dinero para alcanzar otros objetivos financieros.
2. Podrías ahorrar dinero en tu préstamo
Cuando refinancias para reducir el plazo de tu préstamo, lo pagas más rápido y pagas menos intereses. También puedes ahorrar si la tasa de interés del refinanciamiento es más baja que la tasa de interés actual.
Aquí te explicamos cómo funcionaría: supongamos que compras una casa por $400,000 con un 10% de pago inicial y una hipoteca a 30 años con tasa fija al 7%. Después de 6 años, tu saldo hipotecario ha bajado de $360,000 a $333,690 y pagaste $146,135 en intereses. Si mantienes este préstamo hasta el final del plazo, pagarás $502,232 en intereses.
Si refinancias el saldo de $333,690 después de 6 años a un nuevo préstamo a 30 años con tasa fija del 5%, pagarás $311,185 en intereses sobre ese nuevo préstamo. Combinado con los intereses pagados sobre el primer préstamo, serían $457,320 en total, lo que representa un ahorro de $44,912 en intereses.
3. Podrías pagar menos cada mes
Si refinancias con el mismo plazo que tu hipoteca original, estarás extendiendo el tiempo para pagar el préstamo y reduciendo tu pago mensual. Y si además obtienes una tasa de interés más baja, podrías ahorrar aún más en tu cuota mensual.
Aquí tienes un ejemplo de cómo bajaría tu pago mensual: en una hipoteca a 30 años por $360,000 con una tasa de interés del 7%, tu pago mensual es de $2,395. Después de 6 años, refinancias el saldo de $333,690 a otra hipoteca a 30 años con la misma tasa de interés. Tu nuevo préstamo comienza con un saldo más bajo y reinicia el plazo de 30 años, reduciendo tu pago mensual a $2,220, lo que te ahorra $175 al mes. La desventaja es que te tomará más tiempo ser propietario absoluto de tu casa
Supongamos que las tasas estaban bajas cuando refinanciaste, así que también bajaste tu tasa de interés. Tu nueva hipoteca a 30 años por $333,690 tiene una tasa de interés del 5%. En ese caso, tu nuevo pago mensual sería de $1,612, lo que representa un ahorro de $783 al mes.
4. Los pagos pueden volverse más predecibles
Si tienes un préstamo con tasa ajustable, puedes refinanciar a una hipoteca con tasa fija y protegerte contra posibles aumentos en la tasa de interés. Esto hace que los pagos mensuales sean más predecibles, ya que tus pagos de principal e intereses no cambiarán nunca.
5. Puedes usar el valor acumulado de tu vivienda para cubrir gastos importantes
Un refinanciamiento con desembolso de efectivo te permite obtener un nuevo préstamo basado en el valor actual de tu vivienda, pagar tu préstamo original y conservar la diferencia. Pagarás el efectivo como parte de tu nueva hipoteca y puedes usarlo para consolidar deudas, pagar renovaciones en el hogar o financiar la universidad de tus hijos.
Aquí te explicamos cómo funciona un refinanciamiento con desembolso de efectivo. Supongamos que compraste tu casa hace 10 años por $290,000 con un pago inicial del 10% y una hipoteca a 30 años con tasa fija del 4%. Tu casa ahora vale $420,000 y has reducido el saldo de tu hipoteca a aproximadamente $205,000. Tendrías aproximadamente $215,000 en capital de tu casa.
Si decides conservar el 20% de valor neto de la vivienda, podrías refinanciar con una nueva hipoteca a 30 años con tasa fija del 7% por $336,000, pagar tu préstamo original y quedarte con la diferencia en dinero en efectivo: $131,000. La desventaja es que tu pago mensual aumentaría de $1,612 a $2,235, y agregarías 10 años más al plazo del préstamo.
¿Cuándo no conviene el refinanciamiento?
Existen buenos motivos para no refinanciar, dependiendo de tu situación. Estas son algunas:
- Cuando podrías no alcanzar el punto de equilibrio. Aunque puede ser que ahorres dinero con un refinanciamiento, es importante recordar que hay costos relacionados con el refinanciamiento. Si refinanciar reduce tu pago mensual, calcula cuánto tiempo tomaría recuperar los costos de cierre con esos ahorros. Si planeas vender antes de llegar a ese punto, el refinanciamiento te costará más de lo que ahorrarás.
- Si los ahorros no justifican el esfuerzo. A veces, el ahorro que obtendrás al refinanciar tu préstamo puede no ser suficiente para justificar el tiempo, esfuerzo y gasto que implica el proceso. Incluso si el trámite es ágil y sencillo, todavía exigirá cierto trabajo.
- Tu pago mensual puede aumentar. Refinanciar a un plazo más corto puede aumentar tu pago mensual, ya que estarás pagando el préstamo más rápidamente. Incluso si obtienes una tasa de interés más baja para ahorrar a largo plazo, tu pago mensual todavía podría subir.
- Cuando reduce el capital de tu vivienda. Un refinanciamiento con desembolso de efectivo te permite usar parte del valor acumulado de tu casa, lo que significa que tendrás menos valor disponible para pedir prestado en el futuro si lo necesitas.
Alternativas para refinanciar tu hipoteca
Si refinanciar no tiene sentido en tu situación, considera otras maneras de ahorrar dinero en tu hipoteca.
Haz más pagos solo del principal. Estos pagos se aplican directamente al principal del préstamo, lo que reduce la cantidad de intereses que pagarás durante el plazo del préstamo. También te permiten pagar tu préstamo antes de lo previsto.
Usa un préstamo personal. Un préstamo personal puede asegurarse o no asegurarse. Un préstamo garantizado ofrece tasas de interés más bajas, mientras que un préstamo sin garantía tiene una tasa más alta, pero no necesita colateral.
Obtener un préstamo sobre la plusvalía o una línea de crédito garantizada por la plusvalía. Un préstamo sobre la plusvalía y una HELOC son segundas hipotecas que usan tu casa como garantía. Con una HELOC, puedes tomar dinero prestado hasta un límite de crédito basado en el valor acumulado de tu vivienda y devolverlo con intereses, mientras que un préstamo con garantía hipotecaria proporciona una suma total. Si tienes suficiente capital, estas opciones pueden ayudarte a obtener financiamiento con una tasa más baja.
Envía solicitud para una tarjeta de crédito con el 0% de interés. Algunos emisores de tarjetas ofrecen tasas de interés del 0% durante un período introductorio si transfieres tus saldos. Solo ten cuidado, ya que una vez que finalice el período promocional, se aplicará la tasa estándar.
Conclusión: las ventajas de refinanciar pueden superar las desventajas
Si estás tratando de decidir si deberías refinanciar tu hipoteca, piensa en el motivo por el que quieres hacerlo. Esto te ayudará a entender si el refinanciamiento te beneficiará, considerando las tasas de interés actuales, la duración del nuevo plazo del préstamo y cuánto tiempo planeas quedarte en tu vivienda.
Además de hacer tu propia investigación, es importante hablar con un experto en préstamos hipotecarios que pueda ayudarte a determinar las mejores opciones de refinanciamiento según tu caso. Incluso podría ayudarte a explorar otras alternativas si existe un producto más adecuado para ti.
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